Mis ojos están siempre fijos en
el Señor, pues él libra mis pies
de toda trampa. Mírame, Señor,
y ten piedad de mí, que estoy
solo y afligido. Ayúdame en estos
el Señor, pues él libra mis pies
de toda trampa. Mírame, Señor,
y ten piedad de mí, que estoy
solo y afligido. Ayúdame en estos
momentos de dificultad, mírame,
Señor
y ten piedad de mí. Guía mis
pasos
y acompáñame siempre por los
senderos de la vida. Sé tu mi
fuerza
y mi salvación. AMÉN