Señor Jesús, tu has venido a curar los corazones
heridos y atribulados, te ruego que cures los traumas que provocan turbaciones
en mi corazón; te ruego, en especial que cures aquellos que son causa de
pecado. Te pido que entres en mi vida, que me cures de los traumas psíquicos
que me han afectado en tierna edad y de aquellas heridas que me los han
provocado a lo largo de toda la vida. Señor Jesús, tú conoces mis problemas,
los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor. Te ruego, en virtud de aquella gran
llaga abierta en tu corazón, que cures las pequeñas heridas que hay en el mío.
Cura las heridas de mis recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha acaecido
me haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación. Cura,
Señor, todas esas heridas íntimas que son causa de enfermedades físicas. Yo te
ofrezco mi corazón, acéptalo, Señor, purifícalo y dame los sentimientos de tu
Corazón divino. Ayúdame a ser humilde y benigno.
Concédeme, Señor, la curación del dolor que me oprime por la muerte de las
personas queridas. Haz que pueda recuperar la paz y la alegría por la certeza
de que tú eres la
Resurrección y la Vida. Hazme testigo auténtico de tu Resurrección,
de tu victoria sobre el pecado y la muerte, de tu presencia Viviente entre
nosotros. ¡Amén!
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